domingo, 12 de abril de 2015

Vomito en tus consejos.-


Desde que cumplí los 18 y me mudé a otra ciudad me adentré en mundos increíbles; rebosantes de encanto y empatía (sin duda han llevado mis experiencias a otro nivel). Pero este universo no sólo de aciertos está compuesto; diversidad es la palabra más prudente para definir su composición. Y es que en el otro extremo están aquellos desagradables mundillos en que cada átomo lleva puesto un cartel en mayúsculas con la palabra pedante y que lamentablemente la única forma de quitarles el adjetivo de los adentros es destruyéndolos con la indiferencia.

Mas, algo he aprendido de aquellos:

La experiencia es relativa. NADIE TIENE TU VERDAD. Sólo tú. Ni mil años de vida pueden juzgar tus actos. Y es que cada uno vive, pero vive distinto. Todos tomamos caminos diferentes. Al sur, al norte los paisajes son diversos y contrapuestos. Así que por favor no me digas que zapatos usar en la nieve cuando lo único que has hecho toda tu vida es caminar en el desierto. 

Un poco de autonomía y confianza es lo que pido a mis 21 años. Porque en este tiempo que viví he respirado tantas palabras, tantos consejos, tanta vanidad, tanta estupidez y tanta ignorancia cubierta por tozuda y falsa sabiduría.

Por momentos quisiera gritarles en la cara:
¡CÁLLENSE! 
¡CANSAN! 
¡EXASPERAN!

Y no digo que se pierda el respeto, ni menos la admiración por quienes doblan mis días en la tierra y que carentes de nobleza nos proyectan el estado del camino.
Esto es más bien un llamado a que no te detengas. A que no destruyas ni tus convicciones ni tus presentimientos ni las ganas de vivir TU vida como te nazca a causa de las voces nacientes de mentes muertas y secas..

Tú,yo; podemos tener la razón y correr a mil por hora en sea cual fuere el
camino aún obviando la opinión de cualquier petulante erudito

¡DECIDE POR TI MISMO!

jueves, 26 de marzo de 2015

Tres minutos de ruptura y el día siguiente

Ayer, hoy y para siempre mi corazón se ha roto en partes infinitas e indivisibles.

4:05 AM 
Hiciste que todo lo amarillo en mi vida se volviera negro. Me mataste. Me obligaste a vivir sin ti. Me mostraste quien realmente eres. Me pusiste al final de algo que jamás debió haber pasado, pero que se sintió intenso, hermoso y real. Nos llevaste al borde y me de dejaste caer de la forma más cruel que pudiste haberlo hecho. Hiciste que toda la pena del mundo se acumulara en mi pecho sin dejarme respirar. Me hiciste llorar, llorar, hasta que me atraganté con todas las lagrimas. Me mentiste. Te llevaste toda la inocencia que me hizo amarte y creerte. Me destrozaste sin culpa. Me inundaste en la más espesa tristeza. Despreciaste mi amor. Me desprotegiste. Me hiciste vulnerable al derribaste todas las paredes llenas de amor que supuestamente construimos juntos. 

4:06 AM 
Me sentí estúpida, utilizada, dolida, traicionada, engañada, destrozada, irreparablemente rota, atrapada, ahogada en desesperación por traerte devuelta, culpable, perdida.

4:07 AM 
Sigo llorando sobre las bases de mi mente en blanco. Tal vez dormir sea lo mejor.

Hoy
Hoy ya no hay nosotros; ya no están tus dramáticos ojos llenos de amor que tanto me encantaban; ya no están tus manos, esas que nos llevaban al placer en nuestros espontáneos encuentros. Ya no está la lujuria que movía nuestras noches rebozadas de magia y exaltación. Ya no está tu cuerpo, ni tu risa, ni tu voz, ni tu boca.

¿Qué se supone que hago sin ti?

Ya no hay nada. Pero, ¿que más da?